LAS SIETE PALABRAS
1-. Lucas 23. 34Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes. Esto paso entre las 9 am y las 10 am
Comentario.
23.34 Jesús pidió a Dios que perdonara a la gente que le daba muerte: líderes judíos, políticos romanos,
Soldados y espectadores, y Dios contestó esa oración al abrir el camino de salvación aun para los asesinos de
Jesús. El oficial romano y los soldados testigos de la crucifixión dijeron: «Verdaderamente éste era Hijo de
Dios» (Mateo 27.54). Pronto muchos sacerdotes se convirtieron a la fe cristiana (Hechos 6.7). Ya que somos
Pecadores, todos tuvimos parte en la muerte de Cristo. La buena nueva es que Dios es bondadoso, que nos
Perdonará y nos dará una nueva vida a través de su Hijo.
23.34 Los soldados romanos acostumbraban repartirse las ropas de los malhechores ejecutados. Cuando
Echaron suertes por las de Jesús, cumplieron la profecía del Salmo 22. 18 Repartieron entre sí mis vestidos,
Y sobre mi ropa echaron suertes.
2-. Lucas 23. 43Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.
Comentario.
23.39-43 Este hombre a punto de morir, se volvió hacia Jesús en busca de perdón y Él lo aceptó. Esto nos muestra que nuestras obras no nos salvan, pero nuestra fe en Cristo sí. Nunca es demasiado tarde para volvernos a Él. Aun en su miseria, Jesús tuvo misericordia de este malhechor que decidió creer en Él. Nuestras vidas son mucho más útiles y plenas si nos volvemos a Dios a temprana edad, pero incluso los que se arrepienten casi al final estarán con Dios en su paraíso.
23.42, 43 El malhechor moribundo tuvo más fe que los demás seguidores de Jesús juntos. Aunque los discípulos seguían amando a Jesús, sus esperanzas por el Reino comenzaron a desvanecerse. Muchos se apartaron. Como uno de sus seguidores dijo con tristeza dos días más tarde: «Pero nosotros esperábamos que Él era el que había de redimir a Israel» (24.21). El ladrón, por el contrario, miró al hombre que agonizaba junto a Él y dijo: «Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino». Al parecer, el Reino había llegado a su fin. ¡Qué inspiradora es la fe de este hombre que vio la gloria venidera más allá de la ignominia presente!
3-. Juan 19. 26Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. 27Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa. Esto sucedió entre 11 y 12 = 5ª y la 6ª hora judía.
Comentario.
19.25-27 Hasta el fin de su vida, Jesús demostró la prioridad que había dado al amor y su preocupación en las relaciones humanas.
19.25-27 Aun mientras agonizaba en la cruz, Jesús seguía ocupándose de su familia. Pidió a Juan que se hiciera cargo de María, su madre. Nuestra familia es un regalo precioso de Dios y debiéramos valorarla y cuidarla bajo todo tipo de circunstancias. Ninguna labor cristiana ni responsabilidad en cualquier trabajo o posición nos exime de la obligación de cuidar de nuestra familia. ¿Qué puede hacer hoy para demostrar amor a su familia?
19.27 Jesús pidió a su amigo cercano Juan, escritor de este Evangelio, que cuidara a su madre, María, cuyo esposo, José, quizás ya había fallecido. ¿Por qué no asignó Jesús esta tarea a sus hermanos? Como hijo mayor, confió su madre a una persona que estaba con Él junto a la cruz y esa persona era Juan.
4-. Mateo 27. 46Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? Esto sucedió entre 1.20 pm y 1.40 pm =7ª y 8ª hora judía.
Comentario.
27.46 Jesús no estaba cuestionando a Dios; estaba recitando la primera línea del Salmo 22, que expresaba la profunda angustia que sintió cuando tomó sobre sí los pecados del mundo y el Padre lo tuvo que abandonar. Esto fue lo que temió Jesús cuando oró a Dios en el jardín diciendo que se apartara de Él esa copa (26.39). La agonía física fue horrible pero fue mucho más el período de separación espiritual de Dios. Jesús sufrió esta muerte doble de modo que nosotros nunca tuviéramos que experimentar la separación eterna de Dios.
5-. Juan 19. 28Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed. Esto paso en la hora 1.40 pm a 2.10 pm = 7ª a 8.10ª
6-. Juan 19. 30Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu. Esto secedio entre las 2.10 pm y las 2.25 =8.10ª y la 8.25ª
Comentario.
19.30 Hasta ese momento, un sistema complicado de sacrificios se ofrecía por los pecados. El pecado separa al hombre de Dios y solo mediante el sacrificio de un animal, un sustituto, la gente podía recibir perdón de su pecado y llegar a obtener limpieza delante de Dios. Pero la gente peca continuamente, de modo que eran necesarios sacrificios frecuentes. Jesús, sin embargo, fue el sacrificio final por el pecado. La palabra consumado es la misma que se traduce «cancelado». Jesús vino a consumar la salvación de Dios (4.34; 17.4), a pagar la deuda total de nuestros pecados. Con su muerte, el complejo sistema sacrificial terminaba porque Jesús cargó con todos nuestros pecados. Ahora podemos acercarnos con libertad a Dios por lo que hizo a nuestro favor. Los que creen en la muerte y resurrección de Jesús pueden vivir por la eternidad con Dios y escapar de la muerte que lleva consigo el pecado.
19.30 Consumado es: El tiempo verbal de la expresión en griego indica que la obra de la redención se había completado de una vez y para siempre; sus resultados serían permanentes.
7-. Lucas 23. 46Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró. Esto paso entre la 2.25 pm y las 3 pm = 3ª judia
Comentario.
23.46 Algunos interpretes ven en la gran voz la indicación de que Jesús murió no tanto de agotamiento físico como de agonía espiritual. Las palabras de Jesús están tomadas del Salmo 31.5, una plegaria de confianza en Dios que se enseñaba a los niños judíos.
Con amor RBG.