martes, 19 de abril de 2011

QUE PASO EL LUNES Y MARTES

LUNES

PURIFICACION DEL TEMPLO

Mateo 21. 12Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; 13y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.14Y vinieron a él en el templo ciegos y cojos, y los sanó. 15Pero los principales sacerdotes y los escribas, viendo las maravillas que hacía, y a los muchachos aclamando en el templo y diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! se indignaron, 16y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos dicen? Y Jesús les dijo: Sí; ¿nunca leísteis: De la boca de los niños y de los que maman Perfeccionaste la alabanza? 17Y dejándolos, salió fuera de la ciudad, a Betania, y posó allí.

Comentario. Esta fue la segunda vez que Jesús despejó el templo (véase Juan 2.13–25). Mercaderes y cambistas tenían sus puestos en el atrio de los gentiles en el templo, y lo llenaban de mercadería en lugar de dejarlo para los gentiles que iban a adorar a Dios. Los mercaderes vendían animales para el sacrificio a precios elevados, aprovechándose de los que habían llegado desde muy lejos. Los cambistas canjeaban la moneda corriente por la del templo, única moneda que los mercaderes aceptaban. Con frecuencia engañaban a los extranjeros que no sabían el tipo de cambio. No sólo los mercaderes y cambistas eran deshonestos, sino que abusaban de los que habían ido a adorar a Dios. Su comercio en la casa de Dios irritaba a los que intentaban adorar. Esto, naturalmente, airó a Jesús. Cualquier práctica que interfiera con la adoración a Dios debiera prohibirse.

Maldición de la higuera estéril

18Por la mañana, volviendo a la ciudad, tuvo hambre. 19Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera. 20Viendo esto los discípulos, decían maravillados: ¿Cómo es que se secó en seguida la higuera? 21Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho. 22Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.

Comentario.

 21.19 ¿Por qué Jesús maldijo a la higuera? No fue un acto apresurado motivado por la ira, sino una parábola escenificada. Jesús estaba expresando su enojo contra una religión sin sustancia. Así como la higuera tenía buen aspecto de lejos pero al examinarla de cerca no tenía frutos, el templo impresionaba a primera vista pero sus sacrificios y otras actividades eran vacíos porque no se ofrecía adoración sincera a Dios (véase 21.43). Si usted sólo aparenta tener fe sin acompañarla de obras, se parece a la higuera que se secó y murió porque no dio frutos. La fe genuina incluye el dar frutos para el Reino de Dios.

21.21 A muchos inquietan las afirmaciones de Jesús de que si tenemos fe y no dudamos podemos mover montañas. Jesús, por supuesto, no estaba sugiriendo a sus seguidores que usaran la oración como «magia» para mover montañas a su antojo. Más bien estaba señalando con firmeza la falta de fe de los discípulos y nuestra. ¿Qué clase de montañas enfrenta usted? ¿Se lo ha mencionado a Dios? ¿Cuán firme es su fe?

21.22 Esto no garantiza que podemos conseguir todo lo que queramos simplemente por pedírselo a Jesús. Dios no actúa como garante de pedidos que podrían herirnos o que violarían su propia naturaleza o voluntad. La declaración de Jesús no es un cheque en blanco. Nuestra oración debe centrarse en la obra del Reino de Dios. Si creemos, nuestras peticiones estarán supeditadas a la voluntad de Dios, y Él se sentirá gustoso de contestarlas.

Martes DIA de  parábolas  y controrvensias

DIA  grande y ocupación  en enseñar y controversias. En Jerusalén, evadió las preguntas (trampas) tendidas por los sacerdotes. En el monte de los olivos y al contemplar a Jerusalén enseño en parábolas y les advirtió contra los fariseos. Predijo la destrucción del templo de herodes y les hablo a los discípulos sobre los acontecimientos futuros, incluso sobre su segunda venida.

Mateo 21. 23Cuando vino al templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se acercaron a él mientras enseñaba, y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Y quién te dio esta autoridad? 24Respondiendo Jesús, les dijo: Yo también os haré una pregunta, y si me la contestáis, también yo os diré con qué autoridad hago estas cosas. 25El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo, o de los hombres? Ellos entonces discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, nos dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis? 26Y si decimos, de los hombres, tememos al pueblo; porque todos tienen a Juan por profeta. 27Y respondiendo a Jesús, dijeron: No sabemos. Y él también les dijo: Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas.





Comentario. 21.23-25 En el mundo de Jesús, así como en el nuestro, la gente buscaba la señal exterior de autoridad: educación, título, posición, conexiones. Pero la autoridad de Jesús provenía de su esencia, de lo que era, y no de ningún adorno exterior o superficial. Como seguidores de Cristo, Dios nos ha dado autoridad: podemos hablar y actuar confiadamente en su nombre porque tenemos su autorización.

21.23-27 Los fariseos querían saber de dónde tenía Jesús autoridad. Si decía que de Dios, lo acusaban de blasfemia. Si decía que actuaba en su propia autoridad, la multitud se convencería de que los fariseos tenían una autoridad superior. Pero Jesús les contestó con una pregunta que parecía no tener nada que ver con el asunto, pero que ponía de manifiesto sus verdaderos motivos. Ellos en realidad no querían una respuesta sino atraparlo. Jesús demostró que los fariseos usaban la verdad sólo si esta apoyaba sus puntos de vista y causas.

Parábola de los dos hijos

28Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña. 29Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. 30Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue. 31¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publícanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios. 32Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; pero los publícanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle.

Comentario.

21.30 El hijo que dijo que obedecería y no lo hizo representa a Israel en los días de Jesús. Decían que querían hacer la voluntad de Dios, pero con frecuencia desobedecían. Es peligroso fingir obedecer a Dios cuando nuestros corazones están lejos de Él, porque Dios conoce las intenciones de nuestros corazones. Nuestras palabras deben estar respaldadas por nuestras acciones.

21.28–32 Jesús relata una parábola sobre el juicio. Los pecadores arrepentidos de las faltas más viles entrarán al cielo, pero no los religiosos hipócritas, no entraran al reino del os cielos.

Los labradores malvados

33Oíd otra parábola: Hubo un hombre, padre de familia, el cual plantó una viña, la cercó de vallado, cavó en ella un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos. 34Y cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores, para que recibiesen sus frutos. 35Mas los labradores, tomando a los siervos, a uno golpearon, a otro mataron, y a otro apedrearon. 36Envió de nuevo otros siervos, más que los primeros; e hicieron con ellos de la misma manera. 37Finalmente les envió su hijo, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo. 38Mas los labradores, cuando vieron al hijo, dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y apoderémonos de su heredad. 39Y tomándole, le echaron fuera de la viña, y le mataron. 40Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores? 41Le dijeron: A los malos destruirá sin misericordia, y arrendará su viña a otros labradores, que le paguen el fruto a su tiempo.42Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los edificadores, Ha venido a ser cabeza del ángulo. El Señor ha hecho esto, Y es cosa maravillosa a nuestros ojos? 43Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca el fruto de él. 44Y el que cayere sobre esta piedra será quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzará. 45Y oyendo sus parábolas los principales sacerdotes y los fariseos, entendieron que hablaba de ellos. 46Pero al buscar cómo echarle mano, temían al pueblo, porque éste le tenía por profeta.

Comentario. 21.33ss Los personajes principales en esta parábola son (1) el dueño: Dios, (2) la viña: Israel, (3) los labradores: los líderes religiosos judíos, (4) los agentes: los profetas y sacerdotes que permanecieron fieles a Dios y predicaron a Israel, (5) el hijo: Jesús (21.38), (6) los otros labradores: los gentiles. Jesús estaba poniendo al descubierto el complot asesino de los líderes (21.45).

21.37 En su deseo de alcanzarnos con su amor, Dios envió a su Hijo. Su vida perfecta, sus palabras de verdad y su sacrificio de amor fueron para motivarnos a que lo escuchemos y sigamos como Señor. Si rechazamos su gracia, rechazamos a Dios.

21.42 Jesús se refiere a sí mismo como la piedra rechazada por los edificadores. A pesar de haber sido rechazado por muchas personas, sería la cabeza del ángulo de su nuevo edificio, la Iglesia (véanse Hechos 4.11 y 1 Pedro 2.7).

21.44 Con esta metáfora el Señor enseña que una piedra puede afectar a la gente en formas diversas, dependiendo de la manera en que se relacionen con ella (véanse Isaías 8.14, 15; 28.16; Daniel 2.34, 44, 45). Lo ideal es edificar sobre la piedra, pero muchos pueden tropezar con ella. Y en el juicio final aplastará a los enemigos de Dios. Cristo, «la cabeza del ángulo», al final será la «piedra que desmenuzará». Él ofrece ahora misericordia y perdón, pero dice que después ofrecerá. ¡No esperemos para decidir!

Con amor RBG.

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