martes, 26 de abril de 2011

LA ULTIMA CENA

LA ULTIMA CENA “LA INTIMIDAD”       JUEVES                        





Institución de la Cena del Señor







Mateo 26. 17El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulos a Jesús, diciéndole: ¿Dónde quieres que preparemos para que comas la pascua? 18Y él dijo: Id a la ciudad a cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mí tiempo está cerca; en tu casa celebraré la pascua con mis discípulos. 19Y los discípulos hicieron como Jesús les mandó, y prepararon la pascua.20Cuando llegó la noche, se sentó a la mesa con los doce. 21Y mientras comían, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. 22Y entristecidos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a decirle: ¿Soy yo, Señor? 23Entonces él respondiendo, dijo: El que mete la mano conmigo en el plato, ése me va a entregar. 24A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, más ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido. 25Entonces respondiendo Judas, el que le entregaba, dijo: ¿Soy yo, Maestro? Le dijo: Tú lo has dicho.26Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. 27Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; 28porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. 29Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.

Comentario.

26.17 La Pascua abarcaba una noche y una cena, pero la Fiesta de los Panes sin Levadura, que se celebraba simultáneamente, seguía por una semana más. La gente sacaba toda la levadura de sus hogares en conmemoración del día en que sus antepasados salieron de Egipto y no tuvieron tiempo para que la masa del pan se leudara. Miles de personas se daban cita en Jerusalén de diferentes partes del Imperio Romano.

26.26 Cada nombre que damos a este sacramento expresa una dimensión diferente. Es la cena del Señor porque conmemora la cena que tuvo Jesús con sus discípulos; es la eucaristía (acción de gracias) porque en ella agradecemos a Dios por la obra de Cristo realizada a nuestro favor; es Comunión porque por medio de ella comulgamos con Dios y con otros creyentes. Al comer el pan y beber el vino, con toda seriedad recordamos la muerte de Jesús y su promesa de regresar; damos gracias por el maravilloso regalo de Dios, y nos regocijamos al reunirnos con Cristo y su cuerpo de creyentes.

26.28 ¿Cómo sella la sangre de Cristo el nuevo pacto? Las personas que estaban bajo el viejo pacto (los que vivieron antes de Jesús) podían acercarse a Dios sólo a través del sacerdote y un sacrificio animal. Ahora todos pueden venir directamente a Dios por medio de la fe porque la muerte de Jesús nos ha hecho aceptas ante sus ojos (Romanos3.21–24).
 El viejo pacto fue una figura del nuevo (Jeremías 31.31; Hebreos 8.11ss), y apuntaba al día en que Jesús sería el último y final sacrificio por el pecado. En lugar de un cordero sin mancha sobre el altar, el Cordero perfecto fue levantado en la cruz. Como era un sacrificio sin pecado, todos nuestros pecados pueden ser perdonados una vez y para siempre. Todos los que creen en Él reciben ese perdón.



















Juan 13. 2Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote hijo de Simón que lo entregara, 3sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios y a Dios iba, 4se levantó de la cena, se quitó su manto y, tomando una toalla, se la ciñó. 5Luego puso agua en una vasija y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secarlos con la toalla con que estaba ceñido. 6Cuando llegó a Simón Pedro, este le dijo: Señor, ¿tú me lavarás los pies?7Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora, pero lo entenderás después. 8Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavo, no tendrás parte conmigo. 9Le dijo Simón Pedro: Señor, no solo mis pies, sino también las manos y la cabeza. 10Jesús le dijo: El que está lavado no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos. 11Él sabía quién lo iba a entregar; por eso dijo: «No estáis limpios todos». 12Así que, después que les lavó los pies, tomó su manto, volvió a la mesa y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? 13Vosotros me llamáis Maestro y Señor, y decís bien, porque lo soy. 14Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros, 15porque ejemplo os he dado para que, como yo os he hecho, vosotros también hagáis. 16De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que lo envió. 17Si sabéis estas cosas, bienaventurados sois si las hacéis.18No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; más para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar. 19Desde ahora os lo digo antes que suceda, para que cuando suceda, creáis que yo soy. 20De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.

Comentario

13.1–17 Jesús fue el siervo modelo y mostró su disposición de servicio a sus discípulos. Lavar los pies de los huéspedes era una tarea que debía llevar a cabo un sirviente de la casa cuando llegaban los invitados. Pero Jesús se colocó una toalla a la cintura, del modo que lo haría el más humilde de los esclavos, para luego lavar y secar los pies de sus discípulos. Si incluso Él, Dios hecho carne, está dispuesto a servir, nosotros sus seguidores también debemos ser siervos, dispuestos a servir de cualquier modo que glorifique a Dios. ¿Está usted dispuesto a seguir el ejemplo de servicio de Cristo? ¿A quién puede servir hoy? Hay una bendición especial para los que no solo están de acuerdo en que el servicio humilde es característico de Cristo, sino que también van más allá y lo cumplen (13.17).

13.6, 7 Imagínese que usted es Pedro que observa a Jesús lavar los pies de los demás, y que este va acercándosele cada vez más. A Pedro debe haberle confundido que su Maestro estuviera realizando tareas de esclavo. Todavía no comprendía la enseñanza de Jesús de que para ser un líder, debía ser un siervo. Este no es un pasaje agradable para los líderes a los que les cuesta servir a los que están bajo su dirección. ¿Cómo trata a los que trabajan bajo sus órdenes, sean estos hijos, empleados o voluntarios?

13.12ss Jesús no lavó los pies de sus discípulos con el único fin de promover la amabilidad entre ellos. Tenía una meta mucho mayor que era extender su misión sobre la tierra después que Él se marchara. Estos hombres tendrían a su cargo la tarea de ir por el mundo sirviendo a Dios, sirviéndose los unos a los otros y a todas las personas a las que llevasen el mensaje de salvación.

Jesús anuncia la traición de Judas

21Habiendo dicho Jesús esto, se conmovió en espíritu, y declaró y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. 22Entonces los discípulos se miraban unos a otros, dudando de quién hablaba. 23Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús. 24A éste, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntase quién era aquel de quien hablaba. 25El entonces, recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: Señor, ¿quién es? 26Respondió Jesús: A quien yo diere el pan mojado, aquél es. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón. 27Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto. 28Pero ninguno de los que estaban a la mesa entendió por qué le dijo esto. 29Porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diese algo a los pobres. 30Cuando él, pues, hubo tomado el bocado, luego salió; y era ya de noche.

Comentario.

13.22 Judas no era un traidor obvio. Al fin y al cabo, era a quien los discípulos le confiaban el dinero (12.6; 13.29).

13.26 A menudo se señalaba de esta manera al que era el invitado de honor en una comida.















13.27 La parte que le tocó a Satanás en la traición a Jesús no elimina la responsabilidad de Judas. Desilusionado porque Jesús hablaba de morir y no de establecer su Reino, es posible que Judas haya tenido la intención de obligar a Jesús a usar su poder para probar que era el Mesías. O quizás Judas, al no entender la misión de Jesús, ya no creía que este fuese el escogido de Dios. Sea cual fuere el pensamiento de Judas, Satanás imaginó que la muerte de Jesús acabaría con su misión y obstaculizaría el plan de Dios. Al igual que Judas, no sabía que la muerte de Jesús, desde un principio, era la parte más importante del plan de Dios.

13.30 La frase y era ya de noche no solamente tiene un significado literal, sino también uno simbólico y teológico. Abandonar la compañía de Jesús es cambiar la luz por las tinieblas.

El nuevo mandamiento

31Entonces, cuando hubo salido, dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él. 32Si Dios es glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo, y en seguida le glorificará. 33Hijitos, aún estaré con vosotros un poco. Me buscaréis; pero como dije a los judíos, así os digo ahora a vosotros: A donde yo voy, vosotros no podéis ir. 34Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. 35En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

Jesús anuncia la negación de Pedro

36Le dijo Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; mas me seguirás después. 37Le dijo Pedro: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? Mi vida pondré por ti. 38Jesús le respondió: ¿Tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces.

Comentario.

13.34, 35 Jesús dice que si nuestro amor es semejante al suyo será una demostración de que somos sus discípulos. ¿Ve la gente disputar por pequeñeces, celos y división en su iglesia? ¿O sabe que son seguidores de Jesús al ver el amor que se tienen?

13.34 Amar a otros no era un mandamiento nuevo (véase Levítico 19.18), pero amar a otros de la misma manera que Cristo amó a otros era revolucionario. Ahora debemos amar a otros basándonos en el amor sacrificial de Jesús por nosotros. Tal amor no solo llevará a los inconversos a Cristo, sino también mantendrá a los creyentes fuertes y unidos en un mundo hostil a Dios. Jesús fue un ejemplo viviente del amor de Dios, del mismo modo que debemos nosotros ser ejemplos del amor de Jesús.

13.27-38 Juan describe estos pocos momentos de manera clara y detallada. Vemos que Jesús sabía con exactitud lo que acontecería. Sabía lo que pasaría con Judas y con Pedro, pero no cambió la situación, ni dejó de amarlos. Asimismo, Jesús sabe muy bien lo que hará usted con el fin de lastimarlo. Pero aun así lo ama incondicionalmente y le perdonará cuando usted se lo pida. Judas no entendió esto y su vida acabó de manera trágica. Pedro lo comprendió y, a pesar de sus faltas, su vida acabó de manera victoriosa porque nunca disminuyó su fe en Aquel que lo amaba.

Con amor RBG.

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